martes, 7 de octubre de 2008
NO ME GUSTA LA LLUVIA
de otoño, la lluvia que no es pasajera, la que anuncia el frio, los dias oscuros y el falso sol que no calienta. No me gusta, me provoca el llanto. Hoy solo tengo ganas de llorar, solo tuve ganas de salir del trabajo para llorar. Es un dolor en el estómago, una presión en el pecho , unas ganas de gritar en voz baja ... todo tan inmenso, tan grande, tan extraño y tan conocido que resulta insoportable. Luego me acostumbro, poco, pero me hago a la idea de que se acabó el sol por un tiempo, que la lluvia ahora no bromea, ahora moja, cansa , deprime y ahoga de pena. He intentado verle la parte "graciosa", la de pisar los charcos, que te caigan las goteras del paraguas de otro transeunte en la nariz, la parte "tranquilizadora" esa de que habla tantan gente a la que le encanta oirla de noche resbalar en los tejados, canalones,etc... No se lo veo, no la veo ni graciosa ni calmante ni la asumo como tal ni tampoco la niego el bien que haga. Pero yo no tengo pantano, ni huerto, y no creo que consuma tanta agua como para necesitar que llueva de manera incesante durante dos meses como el pasado año. Espero que no sea igual, me quedo sin fuerzas físicas y psíquicas , y no se cual de ellas me duele más. Sé que la lluvia va a seguir: solo espero llegar a entenderla.
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