miércoles, 8 de mayo de 2019

ESTA IMBÉCIL ESTÁ AQUÍ, CUMPLIENDO AÑOS

     
     Aquí esta la imbécil, esta mañana me despertó con toda su virulencia por cada rincón de mi cuerpo, la levanté de la cama, por que sé que la encanta quedarse ahí, que nos agazapemos con el dolor, nos recreemos en él y luego nos sumerjamos juntas en una profunda depresión que poco a poco nos obligue a profundizar en el deseo de olvidar cómo se respira. Ya sé cual es ese ritmo y no me gusta.

     Así que hoy tampoco ha ganado ella, la dí la media hora de cortesía para que me dejase al menos estirar las piernas, recolocar el cuello, mover los dedos de las manos y girar los tobillos, lo justo para llegar al enorme pastillero que en sus secuelas añade más síntomas a esta imbécil y a mí me obliga a parecer un fantasma, una invisibilidad más, como lo es ella, porque estoy alienada por completo, sin planes ni a corto plazo ni siquiera al día, se va y viene, se instala y no hay manera de descastarla.

     Son ya veinte años juntas, desde aquel día que decidio instalarse conmigo, sin preguntar, como esos piojos que elijen las mejores cabezas, estas anomalías funcionan así también. Escogen personas activas, para joderles la vida, para que en el lamento de no poder realizar ni un cuarto de las actividades de costumbre ellas estén ahí presenciando el desánimo, para hacer mofa y recordar los esfuerzos que no podemos hacer, luego se instalan en el ánimo y te mantienen constreñida a sus deseos de consumirte a base de dolor.

     El domingo 12 de mayo celebran su día internacional, no sé el porqué, aquí en estos confines aún se desconfía de que exista y no sea un mito como la niña de la curva, un invento a gran escala, otros se la adjudican por completo a la salud mental y hay quienes lo ven como un conjunto de síntomas a tratar por separado, convirtiéndonos así en personas polimedicadas en vano.

     La imbécil siempre quiere más, busco qué hacer sin esfuerzo físico pero enseguida soy alienada por ella, encuentro opciones para sustituir la posición deprimida en el sofá horas y horas y la imbécil le encuentra remedio a eso enseguida, interponiéndose en la visión, la memoria, o esas largas lagunas sin explicación. Síncopes, fatiga, insomnio o sueño, artrosis, migrañas...y dolor, dolor sin descanso, la imbécil es una asesina del bienestar. 

     Y sí, esta soy yo con la imbécil, recién levantadas y completamente mate.