miércoles, 31 de enero de 2018

MAÑANA, EN LA LUNA

 
Luna Azul desde la Plaza de la Catedral de León, 30 de enero de 2018, 20:50 horas


Yo tenía diez años la primera vez que escuché la canción que sigue, pero supe enseguida que esa melodía estaría ligada siempre a lo que yo suponía "amor", a pesar de no saber nada del asunto, y eso porque en aquel tiempo, julio del 79, para mí el amor era un sentimiento de tristeza que ya creí constante, irremediablemente perdido, tragicamente irrecuperable, identificaba ese sentimiento nada más con lo que provenía de la persona que salió de viaje con un billete, solo de ida, un catorce de mes de ese año. Los mayores a mi alrededor asumieron, como se acepta personal y socialmente la muerte, a mí solo un entendido de tercer órden me explicó que "fué llamado desde arriba", como si se tratara de una organización de estructura monofuncional.

Desde entonces miro a la luna llena, luego menguante, nueva y creciente, en todos sus tonos y ángulos , incluidos los eventos lunares, hago como que me creo aquello del cielo, lo de "arriba", pero a mí me conviene más la luna, es un punto más concreto para quedar.
  





El amor era infortunio porque para mí significaba sentir el vacío, la pérdida de quien no puedo recordar reproche ni enfados sin razón; la belleza , estar protegida, ser escuchada, ir de la mano, mirar para arriba y ver una sonrisa; que te cuenten historias, que te canten canciones, que te hablen de revolucionarios de otras latitudes, de cantautores de regiones mediterráneas, de pintura, de que la pasta se puede comer sin carne y hay vida más allá de donde vivimos, de cuantas patas tiene una mosca y como es el ala de una abeja con aquellos preparados microscópicos de Bianchi, las vueltas que hay que dar alrededor de la piscina de Boñar para disfrutar de un buen baño, ver la magia del revelador de Kodak o la explicación de las tormentas de verano, aunque den muchísimo miedo.

Cosa verdadera ese amor, incondicional, aunque a nadie a mi alrededor le haya importado nunca, porque los niños no sufren, y menos en un tiempo en que la tristeza era cosa de melancólicos y la depresión asunto de señoras medicadas. De lo que no se habla no existe.

De quien fuera aquel magnetofón del que brotaba la voz de Adamo, desde una cassette blanca con un papel amarillo Pompeya, despegado por la esquina superior izquierda de la cara b, seguramente estaría experimentando un tipo de amor muy diferente al mio, eso pensaba yo al traducir cada verso a lo que imaginaba de ambos sentimientos, el suyo y el mio. El suyo con alegría, o al estilo Eros,  el mío con desaliento, personalizado,  pero todos los versos de la canción coincidían en el ánimo de ambas.


Luego supe del amor, en casi todos sus arquetipos, sobre todo storgé y eros, y que esta canción me sirve para quedar con alguien más, unos pocos solo, mañana, o pasado, pero en la luna.





miércoles, 24 de enero de 2018

LA RECONCILIACIÓN DE RAJOY CON algunos LEONESES

Era la tercera mañana de niebla seguida, del cuarto martes de este enero de 2018, serían las doce de la mañana cuando la Plaza de Santo Martino de la ciudad presentaba este aspecto de la foto; tres chavales me adelantaron con unas banderas de León, por detrás de mí rezagaron otros tres con tufo de marihuana tempranera fabulando sobre las cosas que harían con los "impresentables de su generación que iban por ahí con enseñas reivindicativas", que "si los metían a ostias en uno de los furgones", "que si no se qué cosas con los palos ...", en fín.

 Asomando ya la a calle Sacramento, se veía el desfile de personas de ambos sexos, diferentes edades y condiciones, con banderas leonesistas y alguna pancarta casera en contra del visitante. Llegando a la Plaza de San Isidoro, esquina con el Restaurante Boccalino, ya el número de polícia igualaba al de público a esa hora, doce y cuarto, las vallas empezaban a dibujar la distancia que iba a separar el abrigo de Rajoy del público, cuando un par de paisanos sin bandera y un chaval con ella se enervaron algo ante la negativa de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado de dejarles avanzar a sitio ninguno que fuera detrás de una valla, colocada al lado de la columna trajana de la Plaza de San Isidoro, ya casi en la calle Fernando G. Regueral; si, allí detrás fueron llevando de dos en dos a todas las personas que portaban banderas o semejante; bueno menos a media docena de la Unión del Pueblo Leonés, encabezados creo, que corearían algo más suave llegado el momento, o eso se esperaba de ellos. Y porque despejar todas las banderas hubiera sido demasiado quitar.

Hoy leo en todos los medios locales la crónica de lo que yo misma ví, de la secuencia completa de lo que contemplé ayer desde atrás de una valla, al lado de un señor de Alicante , de un jubilado leonés y una paisana de la ciudad, con el primer propósito de entregarle una postal al Sr. Rajoy, que no fuí capaz de acercarme a él, por mucho que en algún medio exhiban tanta cercanía, tanta foto, ninguna imagen del recibimiento que tuvo cuando bajó a la carrera del coche oficial frente al Museo de San Isidoro y ya salió de la Basílica en el momento que la Plaza estaba limpia de portadores de enseñas. Ningún video de pitidos, ninguno de lo que que se oyó nada más se le vió asomar la coronilla a la carrera: "burro", "burdégano", "Rajoy, las primeras Cortes son de León","entra mejor aquí, a la Audiencia", "corrupto", "ladrón, fuera de León"... en fín, y tampoco ningún vitor, viva ni nada parecido como le dedica algún titular provincial, debí quedarme sorda del oido de los aplausos y mira que me gustan bastante más.


El Escribano - León
Pues nada, oiga, yo volví de nuevo con mi postal a casa , la dedicada al Sr. Rajoy, y se la envié a su residencia, en un sobre. No sé si le llegará a él, en ese caso no se si la leerá, pero de ser así sigo creyendo lo que en el reverso le escribo, que por aquí no todo es Santo Grial, Manjar de Reyes, viajar en Ave y ciberseguridad, queda todo lo demás, que es por donde ellos no pisan, por donde todos vivimos a diario.

Y otra cosina, eso de limpiar las plazas y calles y dejar solo a la gente que nos gusta, está muy feo, te resta puntos Rajoy, otros pocos más. Eran personas con banderas, no ladrones, ni siquiera pertenecían a la misma banda, ni siquiera estaban organizados... Pero eso que más da, el titular que vale es lo que RTVE dice, eso va a misa: "RAJOY SE RECONCILIA CON LOS LEONESES"; será con los invitados al miserere del claustro, al vino del Camarote, con los paseantes de la Calle del Cid y Ancha y los convidados a su banquete. 

Que así sea. Si a tí te parece bien, reconciliado quedes.

Postal adquirida en "El Escribano" (León)