domingo, 31 de mayo de 2009

SOLO QUERIA UNA CHAQUETA

Después de sacar un ratín para ir en busca de una chaqueta y un par de cosas que necesitaba, vuelta a casa sin nada y con la sensación de que , o yo no soy de este mundo o algo extraño está sucediendo y esos que aparecen en las listas de los más ricos de España nos están dirigiendo sin remedio a vestirnos con difíciles atuendos propios de una tarde de circo. Porque a ver: ¿que sentido tiene una chaqueta de punto sin mangas o que no cubra siquiera el pecho, que no tenga para abrochar o que lleve unos agujerazos para broca de 18 en un brazo?. Eso si, cada modelo en cuatro colores y tres tallas.
Recorro las cinco tiendas más conocidas y con el horario contínuo: lo mismo. Pantalones que , si te fijas, no tienen apenas costura, para que así se estropeen antes sin remedio y tejido vaquero que del pedigree auténtico solo le queda el nombre. Eso si, largos inmensos que para eso tienen un servicio de "arreglo de bajos" con coste añadido , no vaya a ser que a alguna con buenas piernas le queden bien.
Al final como siempre a las tres tiendas más artesanas que quedan. Oh! Una de ellas ya no elabora sus prendas, ya no las tiñe ni las hace únicas. Las etiquetas son asiáticas y de otros talleres españoles (también globalizados). Me tengo que conformar, la señora me dice que solo importan dos o tres prendas de cada modelo...
Enfrente otra, mi última opción: siempre me gustó comprar en este sitio. Ellos saben que son únicos y por eso una original prenda cuesta justo el doble que hace un año.
Volveremos en breve a la tricotosa, la cazuela y los tintes y los patrones de papel, lo de reciclar ropa y convertirla más difícil: no soporta siquiera una campaña con esos hilos de tanza con los que se cosen y que provocan alergia por dónde te toquen y con esos algodones de criadero diseñados para soportar dos lavados.

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