jueves, 10 de mayo de 2018

FIBROMIALGIA: ANTIDEPRESIVOS, CALMANTES y MUCHA AGUA


"El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional"
(Buda) 




a propósito del día mundial de la fibromialgia y la fatiga crónica, este sábado 12 de mayo

     Todo está dicho en cuanto a síntomas, grados, tipos de persona a los que afecta con más probabilidad, posibles causas, tratamientos, libros que "curan", alimentación, sanadores espontáneos e inventos que mejoran la vida... todo se ha hablado menos de cómo nos sentimos:  abandonados, incomprendidos e invisibilizados por la sanidad pública (en algunas comunidades más que en otras).

      Ser tema de conversación en el telediario solo cuando una estrella mundial revela su condición de fibromiálgica, o lo que es peor, que se machaque insistentemente y de forma insustancial en programas de perfil bajo detrás de alguna famosa, más bien resta credibilidad a una enfermedad que no necesita compasión, más bien reconocimiento, comprensión y avances en el estudio, diagnóstico y tratamiento.


"La fibromialgia te roba la fuerza no la voluntad, no os confundáis, tener buen aspecto puede ser un rato y en unos minutos estar así"

   

       Vivir con fibromialgia no te mata, pero agota, elimina, excluye, te destituye de la vida sin que te des casi ni cuenta, solo hay que pararse y mirar un poco hacia atrás para ver lo que vas dejando en el camino: primero la sonrisa, después la fuerza y  más adelante las ganas.

       Yo he pasado de la hiperactividad en todos los planos de la vida a suprimir lo más prescindible. Quedarme con la rutina diaria, el trabajo y alguna actividad que no conlleve esfuerzo, pensando que estaba ganando la batalla, aún con esa fatiga, es la convivencia con la fibromialgia -pensaba- . Después otro parón para evaluar pérdidas, pasan los años y ella sigue, te invade cada músculo, tendón, ligamento, va tocándolo todo hasta llegar a este punto, donde estoy ahora, en el que para escribir un texto de ocho líneas debo buscar en diccionarios o archivos de imágenes y encontrar las palabras básicas que definan lo que quiero expresar, a ese otro en el que duelen las yemas de los dedos al pelar una fruta o cuando a la media hora de salir de paseo ni tienes fuerza para andar ni te sale la voz del cuerpo, a pesar de haber cruzado la puerta de casa con ánimo, sin ojeras ni dolor. 

       Luces fuertes, olores, sonidos, tumultos, todo es insoportable. La fibromialgia es un amplificador que multiplica el dolor de cada afección o enfermedad que para una persona sana es llevadera, así que dejo a la imaginación lo que ya es doloroso para cualquier ser, cómo lo vive una persona con fibro. Menstruación, insomnio, colon irritable, catarros y gripes, migrañas, depresión, artrosis, cualquier infección, problema o temor... a la fibromialgia todo le vale para despertar.

       Ella siempre pide más, cada brote es más duro, se queda más tiempo y se instala en más rincones, para mostrarme mi propio cuerpo y esas minúsculas zonas que desconocía tener. Y yo la soporto menos, hasta el punto de temer que en alguna merma de fuerzas, de estas a las que me somete,  lo único que me quede sea permanecer muy quieta esperando recordar como se respira o lo contrario, intentando olvidar de una vez cómo se hace, depende del color del cielo o de si el último especialista que me haya visto es de los que me despide con un "lo siento, no puedo hacer mucho más por usted, cuídese" o pertenece a la abultada mayoría que solo han pasado consulta a una transparencia, un paciente recurrente, crónico y molesto, uno que tenían ese día en la agenda.





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