martes, 22 de julio de 2014

LO MÁS PERSONAL DE "DONDE MÁS CORRE EL AGUA"

 "Para tener enemigos no hace falta declarar una guerra; solo basta decir lo que se piensa" (Martin L. K.)

 

 ... Y es que somos muy dados por este lado del mundo, no sé si por tamaño, por localización o por las condiciones propias de la climatología o la alimentación, a manifestarnos libremente, a nuestras anchas, mientras más lejana, ajena, genérica y vana sea la causa, nos encolerizamos con el tema proporcionalmente al prejuicio o disposición previa que tengamos sobre la fuente de la discusión: no hay temas, hay socialistas o del pepe, madridistas o del barça y sus hijos, nietos y descendientes hasta donde alcance la memoria, todos uno. Que nos entran los miedos, esos de que otros nos encasillen opinando en un lugar, de una manera... "coño, que raro este tio, siendo cuñao de quien es, ¿que le habrá pasado ahora, parece que escora?; que pueden llegar a adivinar la papeleta que tuviste intención de meter ya hace cuatro legislaturas pero no tuviste fortuna, porque en una ocasión se te presentó un primo para concejal, en otra tu novia y ahora llevas dos afiliao a un partido que ni tú mismo sabes cómo llegaste, que uno no puede andar por la vida entre dos sillas y mal sentao o sentao en un queso y comiendo de otro. Al final acaba uno en el suelo.

 

Vivimos un tiempo de tontos de culo en el que con tal de practicar el snobismo y marcar la diferencia social entre iguales, apoyan políticas para ricos; esos que se autoconsideran clase media porque aún estrenan naúticos de temporada y esos otros venidos a menos (que siempre es más que obreros de toda la vida solo con el IBI al día o con un pastizal aunque sea perdido en preferentes). Que si las camisetas de Podemos fuesen polos, se vendiesen a 200 euros y se pudiese ver la marca solo a ras de nuca con los cuellos subidos, se dejaría coleta hasta algún descerebrao de eterna adolescencia que aún conserve calzoncillos de Snoopy.

 

Pero como el caso es opinar, también lo hacemos en contra de quienes se atreven a decir lo que piensan, y entonces ya no es una opinión es un ataque a la defensiva; es esa otra clase de gente a la que solo se le cuecen los higadillos que impulsan directamente los dedos , sin pasar por lengua y menos cabeza, para teclear via red social; gente que se ve atacada en el corazón politico de un familiar, ese "reconcome" horrible que arranca con un desesperado "de qué hablais" o "qué sabreis"; esa misma fuerza arrolladora que les impide teclear un mísero "like" cuando se trata de un objetivo que no le anda a la zaga al su pariente, tal cual envidia, quizás por la posteridad, por ese no poder decir dentro de treintaydos años : "ese San Roque cuando mandó tu agüelo, fué el mejor". ¡Y que más dará! (digo yo)

 

Y los hay que opinan y lo dicen, pero dónde no deben... a "esconditas", en un cruzarse de gasolinera, en el pasillo del súper,  por la noche tomando café, en la sala de espera del hospital o en un mensaje privadísimo, todo y ello cuando eran cosas pertinentes a un sitio abierto, cien veces visitado, cientoveinte releido y unas cuantas repensado, y a mi pregunta ¿por qué no has puesto esto o algo parecido en el lugar indicado?, siempre es la misma respuesta: "no puedo", "se me ve", "ya sabes, la gente" o una colección inmensa de disculpas.

 

En mi caso, los enemigos que pueda generar mi opinión al respecto de cosas, que no de personas, en tal caso de gestión de las mismas,  no tenían mucho de amigos ni siquiera de personas positivas y además no hay distingos, entrando en semejante catadura da igual que la unión haya sido de  sangre, afinidad o patio de colegio. Por tanto no hay pérdida. 

 

Las consecuencias en modo personal que pueda lograr por pensar de una manera y atreverme a decir o escribir no me preocupan. No creo que ninguna persona sea solo política, solo carnívora, solo futbolera, solo taurina, solo adicta, solo cazadora, solo de Boñar, solo leonesa o solo española y por tanto no habrá estúpidos entre los que sepan entender que hay personas, como yo, que por el hecho de opinar no intentamos sentar cátedra, no hacemos oposición a político ni tenemos ningún afán de líder, ni siquiera son consejos, es solo que exponemos nuestra manera de ver las cosas, luego ya con más o menos ímpetu o visceralidad. Una es muy leo y eso debe influir algo.

 

Pero lo bueno son los amigos, los conocidos o los que sí opinan, apoyan, respaldan, critican y se molestan o apasionan , según lo que toque. 

De estos hay muchos más. Si algo es incómodo e ingrato es el silencio.

Gracias a estos últimos.


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