jueves, 24 de mayo de 2012

EL PARQUE TRANQUILO Y LA MADRE NERVIOSA

Estábamos en silencio, cada uno con sus cosas... yo miraba esta insólita fertilidad, una pareja charlaba a la sombra del edificio de atrás, un banco más allá se discutía sobre las barras de pan, relación precio y agua más que nada... Niños y padres, abuelos y nietos, todos estrenando la nueva temporada de parque, entrenando el caldero y la pala de playa, refugiándose de la mugre que se empeñan en contagiarnos ,en fín,  a lo gratis por unas horas. A mi lado un hombre con una actitud de envidiar... ni siquiera estaba a otra cosa, devoraba un amarillento libro forrado con papel de periódico, sección cultura, me gustaba la sensación, el ambiente y el calor... hasta que llegó ella, un prototipo de madre sufridora a tiempo completo, se aproximaba voceando histérica "eso, tu aquí leyendo y yo pendiente de la niña!", mi compañero de banco, el lector, marcó la página, cerró el libro y se fué cuatro metros de arena más allá, de pié, a ese "estar pendiente" que se le reclamaba , supongo que a pensar en sus cosas, como el resto. La ella volvió orgullosa sobre sus pasos  a su hábitat natural de grupo de madres quejosas por todo, en general.
Nos fuimos de allí.