viernes, 10 de junio de 2011

ELLA CUANDO VIAJABA AL OTRO LADO

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Fué casual, no lo buscaba, pero ahora ella estaba muy acostumbrada a hacerlo. Entraba y salia. De lo real a lo irreal.

De puntillas , con la yema del dedo corazón del brazo derecho bien estirado, los ojos apretados y la cabeza alta... chas! ya estaba al otro lado, cada vez el tiempo en cruzar era menor , el disfrute allí diferente y la pereza de volver mayor.

Aún piensa qué pasó, sin juicio, sin derecho a réplica, no recuerda haber pegado portazo alguno... pudiera ser que algo de ruido o alguna canción mal entonada ... sus comentarios, lamentos... ahora repasa de manera obsesiva cada palabra pronunciada, cada gesto, cada obviedad.

La intensidad de los pocos minutos de sus estancias "al otro lado" regeneraban todo a este lado, ahora con severas marcas desecadas.

Lo que fuera, el caso es que ahora se quedará con las ganas de saber que hay al otro lado de la yema de sus otros dedos, por si algún dia dejan de abrir como le pasó al dedo corazón.