miércoles, 12 de mayo de 2010

DESPUÉS DE SUJETAR UN PARAGUAS

Hay actividades cotidianas tan poco valoradas para el resto de la gente, como sujetar un paraguas, abrir la puerta de la farmacia o un bote de mermelada, que te den un apretón de manos o una palmada en la espalda o simplemente abrigarse cuando hace frio.

Para nosotros, los afectados de fibromialgia son hechos difíciles porque se pone además en funcionamiento una cadena que pocas veces cesa. Si duele el cuerpo, el alma se tensa, si el alma empieza también a sufrir el cuerpo lo hace mil veces más...

En mi caso la lluvia no sé si me afecta más por el carácter reumático de la dichosa compañera de viaje o por la tristeza que siento ante el cielo gris, el caso es que cuerpo y alma duelen y ambas cosas protestando al unísono hay momentos que son insoportables.

Yo ya he pasado hace años la tortura que algunos compañeros están viviendo, algunos profesionales que han de tratar esta enfermedad (reumatólogos, médicos de familia, neurólogos, psicólogos, internistas, fisioterapeutas) ante el desconocimiento o la solución siguen negando el problema. He topado con imbéciles en muchos lugares donde he tenido que acudir, he escuchado verdaderas tropelias de boca de algún funcionario en la delegación correspondiente pero afortunadamente también me he encontrado por el camino con personas además de profesionales.