jueves, 4 de diciembre de 2008

EL ÁNIMO DE LOS ÁRBOLES


Después de la transición animosa que significa el otoño para la gente sensible, para la que necesita luz y para todos aquellos que tienden a la melancolía, ahora ya llegamos a lo estable.Ahora los sentimientos ya no son tan acentuados, ya solo ctuamos como autómatas imbuidos por la rutina. Tiramos de nuestro cuerpo como si pesase toneladas. No podemos disfrutar del tiempo que transcurre fuera de las tareas obligatorias. Parece como si no hubiera ratos de actividad voluntaria, como si los dias tuviesen menos horas, como si del cielo solo colgase ya la luna; la luna por la mañana y la luna por la tarde. Vestirnos y cocinar nos lleva el triple de tiempo que en verano en que todo es más ligero, más vistoso,más aprovechable. En invierno miro el calendario casi todos los dias, como una obsesión, para comprobar que los meses siguientes están ahí; me da miedo y he llegado a soñar que llegaría un año en que todos los meses acabarían en -embre. . Me gustaría soñar que me gustan y los disfruto.



Si con algo me identifico es con los árboles, mi alma va en sintonía con su aspecto.El otoño les hace vulnerables, luego en invierno a algunos encima les disfrazan de Navidad y no creo que tengan ánimo. En primavera les tendrá que sorprender tanto cambio en su morfología. En verano están pletóricos.

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