martes, 30 de septiembre de 2008

DESPACIO


Hacer las cosas despacio no fué fácil ni voluntario. A una persona que esté acostumbrada a la actividad constante, aunque de forma inútil, a alguien que no sea capaz de ver la televisión solamente para verla si no como una forma secundaria y acompañando a algo "más importante" como ordenar, colocar, limpiar, supervisar ... no le resulta nada normal pasar a comportarse de manera totalmente opuesta. Cuando el cuerpo no puede hacer lo que le dicta la cabeza, lo que le ordena imperativamente su interior, ésta es la que se enfada y mucho. Mi cabeza se empezó a enfrentar a mí el día que yo no era capaz de seguir una rutina constante de movimiento , pero aún más cuando yo lo superé y quise controlarlo porque las manifestaciones que tiene el cerebro para controlarte si te dejas son infinitas. Lo que no puedes colocar fisicamente lo ordenas psiquicamente. Es un trabajo enloquecedor. No se vé,no es nada raro, a los ojos de la gente solo eres un poco "maniática" del orden o nerviosa. Las cosas van por dentro. Después de superadas todas las fases, ya voy despacio con el orden, no me preocupa hasta el punto de no poder dormir que las cosas no estén superlimpias, colocadas y ordenadas. Voy despacio caminando ,a la fuerza pero he aprendido que casi nunca llego tarde a ningún sitio por más que lo intente porque uno no pierde su esencia de puntual o planificador pero no me desasosiego mientras voy. Camino ligera y procuro aprovechar los momentos porque lo son no porque se traten de tiempos transitorios hasta "otro momento"... es inútil porque de todas formas las horas pasan y el siguiente rato llega y también todo lo que trae.

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